En el aspecto mental
el trabajo energético se realiza observando los pensamientos y las emociones.
Primeramente aprenderemos a situar nuestra mente en el presente lo que nos
da un centro emocional estable, desde el
cual podemos observar las emociones que nos aparecen con los diversos estímulos
y que tiene que ver con nuestro pasado. Este contraste del momento presente
estable desde el que observamos la
emoción que surge nos hace comprender cuál es nuestra carga emocional, solo
esto, sentir la emoción desde una actitud calmada, es suficiente para provocar un cambio. El
cambio se da porque comprendemos realmente lo que para nosotros significan
nuestras emociones.
A nivel de pensamientos trabajamos observando qué pensamientos tenemos si son negativos o positivos. Observándolos sacaremos a la luz nuestras creencias que afloran cada vez que hacemos juicios sobre los diversos temas. Al observarlos podemos transformar los pensamientos y las creencias para que resulten energía positiva para nosotros y las personas que nos rodean. Esta búsqueda de lo positivo hace que cambiemos nuestra manera de enfocar las cosas, además de darnos la libertad de elegir y descartar todos los aspectos negativos que nos degradan.