El reencuentro y la salud

    La vida está llena de obligaciones y responsabilidades que nos hacen elegir lo menos malo en muchas ocasiones. Poco a poco la vida deja de tener frescura y la alegría se desvanece entre pensamientos, mal humor y apatía.

    Puede que algún hecho en concreto o alguien nos devuelva de repente la alegría de vivir, esa sensación de que la vida es un torbellino emocionante, todo concuerda y hace el sol más brillante, el cielo más azul y todo rebosante de vitalidad. De repente nos vemos haciendo lo que verdaderamente teníamos ganas, la vida cobra cordura, claridad y sabemos que podemos. 

    ¿Qué sucede? ¿Por qué se pierde esa emoción vital y nos sentimos apagados? 
    Cuando nos sentimos bien es porque lo que hacemos concuerda con nuestro deseo más interno, realizamos las cosas a nuestra medida. Somos capaces de manifestar nuestra identidad. Cada que vez que hacemos cosas para quedar bien, por el que dirán, llevados por el miedo, los complejos, las dudas o las etiquetas sociales vamos cerrando la puerta a esa voz interior que nos dice el camino que debemos seguir. Sin duda el camino que nos indica nuestra voz interior no es el mejor, ni el más correcto, ni el que aplaudirán las personas de nuestro alrededor, pero es al fin nuestro camino, una de las miles de posibilidades a cada situación y si está equivocado podemos cambiarlo, no hay ningún problema. 

    ¿Cómo volver a encontrar nuestra fuerza interior?
    Si vemos que nuestra vida no es de nuestro agrado y a perdido todo lo emocionante y maravilloso que podría ser hay que empezar manos a la obra con las cosas más pequeñas. Lo que nos dará seguridad es saber cual es nuestra intención. Si nuestra intención es buena y no quiere hacer daño, no hay nada que temer. La vida es para experimentar, no tendremos otra para hacerlo. La vida es efímera, cambiante, un hermoso lugar para experimentar todo lo que tengamos ganas. 

    En cada cosa que hacemos está nuestra huella, no debemos olvidarlo, entonces si comenzamos a preguntarnos en todos nuestros actos, de qué manera lo queremos realizar estaremos abriendo la puerta a nuestro ser interior, volveremos a encontrarnos con nosotros mismos y nuestras inquietudes. Esto nos dará el valor de abandonar lo que no queremos y lograr hacer lo que queremos en realidad. La clave de nuestro bienestar interior está en ello, no hay nada malo en ello.

    Cosas tan sencillas como decorar nuestra casa, cambiar nuestro vestuario, ir a sitios que deseamos o leer cosas que nunca hemos tenido tiempo para ello, abren la puerta  a cambios grandes en nuestra vida que harán como por arte de magia que nuestra vida se parezca a la vida que para nosotros vale la pena vivir, de otra manera nos encontremos a nosotros mismos.